19 mayo, 2011

Suzuki Intruder 1800R

A finales de la pasada primavera unos cuantos periodistas pudimos asistir a la presentación de la gama custom completa de Suzuki. Como muchos sabrán, las primeras Intruder representaron el ala chopper más radical de todo el segmento cuando las japonesas comenzaron a traer muchas custom a nuestro país, allá por finales de los 80 y principios de los 90. Frente a la estética moderadamente Softail de las demás niponas, la Intruder de peso medio (que era fundamentalmente el segmento que se vendía en aquel momento. O sea, rondando los 600cc) era mucho más larga, espectacular, atractiva y personal que las demás…Aunque quizá era demasiado llamativa y por eso fuera, posiblemente, la menos vendida de todas en aquel momento. No obstante, solamente con su espectacular motor batía a las demás en cuanto estética se refiere.Gracias a ello se ganó una merecida buena fama en un segmento tan purista, y eso le dio un toque relativamente exclusivo, dentro de que las custom japonesas no han sido bien consideradas hasta hace poco. Ya sabes, el espíritu puramente americano desarrollado por japoneses levantó y levanta muchas ampollas…
Pero además, Suzuki fue fortaleciendo y potenciando su familia custom hasta tener la más completa, variada y efectiva de todas sus rivales. Ahora mismo, y hablando ya de modelos de gran cilindrada, abarca desde los 800 hasta los 1800cc con dos familias – una más clásica, la C, y otra más deportiva y musculosa, la R – de forma que satisfaría a cualquier amante de estas motos de origen USA.La más grande, la más deportiva

Y aquí tenemos la máxima representante de todas. La Intruder 1800R que es la mayor representante de las custom deportivas, con unas líneas directamente inspiradas en las drag bikes – motos desarrolladas para los campeonatos de aceleración – con unos toques derivados de las deportivas de la marca (no hay más que ver las pinzas de anclaje radial) para darte cuenta que estás ante una moto indiscutiblemente atractiva y que no solamente nos hará disfrutar de los típicos y tranquilos paseos sobre la custom, sino que también nos puede disparar la adrenalina si roscamos su acelerador.hará que te enamores de ella aunque las custom no sean tu tipo de motos
Su motor es un gran bicilíndrico V2 a 54° que no proporciona una potencia espectacular para su cilindrada – 125 CV declarados, casi 10 menos reales – pero también nos recompensa con un par, unas recuperaciones y, en definitiva una fuerza que hará que te enamores de ella aunque las custom no sean tu tipo de motos. Con una inyección electrónica realmente desarrollada, y que demuestra su excelente puesta a punto cuando, que es capaz de funcionar perfectamente desde muy pocas revoluciones y a pesar de las complicaciones técnicas que supone alimentar dos cilindros de semejante tamaño, se puede decir que es hasta suave y progresiva. Es capaz de sobrepasar ampliamente los 200 km/h, pero te aseguro que con los mandos adelantados, las manos agarradas desesperadamente al recio manillar ancho y plano, anclado a unas torretas – que te permiten un buen control del tren delantero, pero que lógicamente penalicen aerodinámica con cualquier otra custom – el aire intenta arrancarte la cabeza ya a partir de los 150…Así que no te digo nada si te atreves a llegar a los 200 e incluso sobrepasarlos.
Prueba Suzuki Intruder 1800R: Cuidado con las estriberas
Disfruta de tus rutas con este conjunto, haciendo de cualquier camino la ruta perfecta.
La posición es bastante forzada, porque te obliga a ir con las piernas y los brazos muy estirados (al menos sí rondas los 1,70) y, habida cuenta del peso, de sus dimensiones generales – ¡¡*333 kilos* en seco y 2.530 mm de largo!! – y de la presión aerodinámica, la verdad es que es mejor intentar por todos los medios relajarte en su pilotaje y disfrutar del paseo.
Además, también como buena custom, las estriberas rozarán el asfalto a poco que te animes en una zona de curvas, lo que con tanto peso y una moto tan grande movimiento terminará requiriendo mucho esfuerzo psíquico y físico. Por otro lado, en esta prueba a fondo se confirmó algo que ya había sufrido en aquella presentación, y es que por la peculiar forma de las estriberas los pies van inclinados hacia atrás y los talones pueden rozar el asfalto antes que la propia estribera… lo que te puede producir un problema. ¡Cuidado con esto!
Prueba Suzuki Intruder 1800R: De ruta con una gran moto

Los cromados están muy presentes, como toda buena custom que se precie.
En cuanto a los frenos, contamos con un buen equipo al tener dos discos delanteros de 310 mm y otro detrás de 275 mm, pero es que además delante tenemos dos buenas pinzas radiales directamente inspiradas en las GSXR. Por lo tanto, frenar, lo que se dice frenar, frena bien. Lo que ocurre es que se abusas de la maneta, y más si hace calor, notas que todo el sistema se calienta y pierde efectividad. Por otro lado, la transmisión es por cardan, lo que nos evita cualquier tipo de mantenimiento pero tiene ciertas inercias y pesa más que una cadena o que una correa, sistema cada vez más usado en las custom de gran cilindrada.
Sayonara, Baby
Por último, no se te olvide que el espectacular diseño de esta moto tiene una guinda en forma de un gigantesco neumático trasero de 240 mm de ancho, lo que se asegura la tracción casi en cualquier circunstancia, pero penaliza la agilidad y proporciona esa extraña sensación de tentetieso en curvas lentas, habitual de las motos que equipan tanta goma detrás. Todo es cuestión de habituarse y, sobre todo, saber lo que tienes entre las piernas, que es una gigantesca y espectacular custom que se hará sentir como el mismísimo Terminator, pero que desde luego no busca ser ágil ni ligera.
Prueba Suzuki Intruder 1800R: con frenos radiales
Aunque pesada sus virtudes en marcha dejarán el peso en segundo plano.
¿Custom deportiva?, pues sí, y además con mucho músculo. Con un diseño que mezcla el clásico espíritu custom con formas algo cibernética y el inconfundible perfil de las dragster, Suzuki ha desarrollado este modelo que, por puro concepto, no puede ser una moto de masas, pero sí una moto que las masas envidiarán cuando te vean pasar retumbando por la carretera o por el bulevar.
Por David García Navarrete, Mariano Hinjos en SoyMotero.net

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