Ha llegado la hora de la verdad. Has decidido que una Harley-Davidson va a ser tu moto, y no una cualquiera, una de las 'grandes'. Hemos dejado atrás la gama Sportster y vamos a jugar en primera división. Pero te vas a encontrar con un problema, y bien gordo
22/10/2012
Lo difícil es elegir. Harley-Davidson
Tres familias
Dejando a un lado las numerosas Sportster y la serie V-Rod, tienes para elegir ni más ni menos que 16 modelos dotados del clásico motor Twin Cam, y eso dejando de lado las versiones CVO –Custom Vehicle Operations–, las conocidas 'Screamin Eagle', a las que damos por sentado que no te vas a lanzar sin ser un verdadero experto en el mundo Harley-Davidson, más que nada porque hablamos de preparaciones de fábrica que cuestan como mínimo 33.000 euros.
En este momento la firma americana tiene tres series de modelos con el propulsor Twin Cam, las Dyna, con cinco modelos, las Softail, con seis, y las Touring, con otros cinco. Cada una de ellas comparte con todas sus hermanas lo que podríamos considerar 'la base', que es el motor y el bastidor, pero a partir de aquí, las opciones empiezan a diversificarse al cambiar la posición, la geometría, los trenes de rodadura, y, por supuesto, los accesorios que dan forma a la estética. Aun así, cada serie mantiene en buena medida las peculiaridades de su 'esqueleto', y por este motivo hemos elegido un modelo de cada familia para ayudarte a conocer qué puedes esperar de cada una de ellas, por mucho que luego, para decidir que versión en concreto es la tuya, tengas que acudir a lo más importante cuando se trata de una Harley-Davidson, el corazón.Harley-Davidson Switchback
Dynamica
Sin duda la serie Dyna es la más sencilla de las tres, y esto viene acompañado de unas cualidades dinámicas más logradas si de lo que se trata es de moverte por terrenos más cerrados. Son motos habitualmente más ligeras, y salvo la nueva Switchback, dotadas de los motores de 96 pulgadas cúbicas, que serán sustituidos por los más modernos de 103 en un futuro.Las Dyna son las Twin Cam más económicas, y entre ellas hemos elegido una versión muy característica, la Fat Bob, que se distingue por equipar ruedas de 16” en ambos trenes, algo que no ocurre con ninguna de sus hermanas, pero que hace más homogénea nuestra prueba, ya que estas llantas son las habituales tanto en la serie Softail como en la Touring. La Fat Bob es, como esperas, la más ligera del trío, y también la más radical en algunos aspectos como la posición, ya que a un manillar plano y muy ancho que lanza tus brazos hacia delante, se suma la colocación de los estribos en la parte delantera del motor, lo que acaba produciendo que te encuentres sobre la moto como una bisagra, con las extremidades lanzadas hacia delante. Pese a lo que pueda parecer no es especialmente incómoda salvo que intentes ir deprisa, porque el viento te empuja las piernas hacia atrás en mayor medida.
La Fat Bob, además de más ligera es también la que cuenta con más altura al suelo, una dirección más rápida gracias a su menor avance, e incluso unas suspensiones más firmes. El motor de '96' está anclado flotante en el chasis, todo pintado en negro, como casi todo el resto de la moto, y no parece responder con menos brío pese a que en el banco ha sido el más perezoso.
Donde se separa un poco más es en las recuperaciones, pero está a tono con sus hermanas. Es como se espera de su familia, la que mejor frena, la que te deja ir más deprisa entre curvas, pero en general, también, la que en principio debería ser menos adecuada para hacer muchos kilómetros seguidos. Por una parte la posición es más radical, y por otra no tienes rotección, y aunque no vayas muy deprisa, poco a poco el viento se apodera de tus músculos.
La Fat Bob en concreto tiene un buen asiento, pequeño para el pasajero, pero bajo y cómodo para el conductor. Un detalle que tienes que tener en cuenta en todas las Harley-Davidson grandes es que los escapes recorren la parte derecha de la moto y sueltan mucho calor, tanto que si te metes en ciudad la pierna pide tregua en cada semáforo en que te pares. La Fat Bob tiene un recorrido del escape trasero que lo envía primero hacia delante para unirse al delantero, y la pierna con los estribos adelantados va casi paralela a la fuente de calor. En invierno lo agradeces, en verano no.
Harley-Davidson Road King
Touring
Si hay unos modelos que representan el espíritu Harley-Davidson para los neófitos, éstos son sin duda los de la serie Touring. Esta Road King Classic que hemos elegido es especialmente un icono, porque recuerda a los modelos de la policía, y también a los de los ladrones, de todas esas películas clásicas de cine negro americano. Pero las Touring son mucho más que una imagen rodante. Si tu intención es hacer largos recorridos es sin duda la mejor opción. Para esta prueba hemos hecho un lento 'sprint', circulando a velocidades legales, sin prisa, pero la verdad es que también sin pausa: autopista, carretera, atascos en ciudades, bastantes obras, y hasta un centenar de kilómetros por pistas, y en el momento en que veías que tenías una buena distancia por delante sin parar, los demás mirábamos con envidia a quien la llevaba.La Road King es, aunque pueda parecer un tanto extraño, la Harley-Davidson que más se parece a una moto corriente. Tiene todo el carácter del motor americano, la misma posición con el asiento muy bajo, el manillar ancho o las plataformas para apoyarte, pero en marcha te notas más alto, con una posición más natural que en sus dos hermanas, que no dejan de ser modelos que buscan una imagen, en el caso de la Fat Bob la de un dragster, en el de la Slim, una preparación minimalista de los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, allá por el final de los 40.
En la Road King no sientes las vibraciones. La verdad es que en ninguna de las tres se aprecian mucho salvo el traqueteo al acelerar demasiado en marchas largas, pero parece que el desarrollo se adecua más a esta moto. La posición es más natural, el pasajero va mejor que en cualquier otra, la pantalla protege, aunque la puedes quitar enseguida si prefieres el aire, el asiento es cómodo, y además puedes llevar equipaje en las maletas laterales. Si vas por autopista puedes poner el control automático de velocidad, y hasta te olvidas del acelerador y de las multas de los radares.
También es la más pesada, llena tienes 50 kg más que en cualquiera de sus compañeras, y esto se deja notar en las maniobras, aunque con el asiento tan bajo el problema se palia un poco. Muchas veces habrás visto hacer lo indecible a los poseedores de estas Harley-Davidson de turismo para aparcar en batería con la salida franca al arrancar. No te creas que es simplemente una manía. Aun así, pese al sobrepeso, que en gran parte se debe a la mayor resistencia del chasis para poder llenarla de accesorios, es tu moto, o al menos tu familia, si vas a usar la moto para hacer recorridos medios o largos.
Harley-Davidson Softail Slim
Softail
Las Softail son las motos que en mayor medida materializan tus sueños y tus ilusiones, las motos que te llevan a un mundo diferente al que te envuelve cada día. Todo en ellas tiene un significado, cada una ha sido diseñada siguiendo los deseos de alguien. La característica común a todas ellas es el empleo de un chasis que simula no tener suspensión trasera. La verdad es que el efecto está muy logrado, porque la triangulación trasera da la imagen de un chasis de antes de la guerra, pero los amortiguadores colocados en la parte inferior del motor funcionan perfectamente.Tampoco hay duda que si hay una moto conocida de la saga, ésa es la Fat Boy, entre su diseño y lo que significó la película Terminator, la ha convertido ya en uno de los grandes mitos de la historia de la motocicleta. La que te traemos a estas páginas es la novedad de este año, la Slim, una moto que comparte con cualquiera de sus compañeras el mismo espíritu radical. Es radical por su diseño, es radical por su funcionamiento, y es radical por algunos de sus detalles. En cierto modo es la antítesis de la Road King, porque si en esta última todo te parece sencillo, y te habitúas a ella inmediatamente vengas de dónde vengas, la Slim tiene que sintonizar contigo incluso antes de subirte en ella. Este modelo en concreto se distingue por haber reducido la anchura de la rueda trasera, que había llegado a los 200 mm en otros modelos, y aunque era cuestión de imagen, también hacía las motos más pesadas de manejar.
Con una rueda de 180 mm en esta ocasión, se ha jugado con la baza de la agilidad, algo que se combina con la mayor simplicidad posible. Una de las tendencias de la postguerra fue quitarle todo lo superfluo a las motos americanas para aligerarlas y acercarlas a las motos británicas que los soldados habían 'catado' mientras estaban en la Europa ocupada, y esta Slim te devuelve a aquellos años. Es una moto particular, primero porque es muy baja de todo, de asiento, de mandos, de plataformas, segundo porque la posición se acerca un tanto a la de la Fat Bob en el sentido de brazos al aire y piernas lanzadas, y tercero porque el asiento, que es poco más que una tira de piel, puede convertirse en el protagonista de tus aventuras si decides hacer muchos kilómetros. La parte central es estrecha porque el depósito acaba antes de que comience el asiento, y tienes la tapa de los balancines a pocos centímetros del pantalón. El asiento está inclinado hacia atrás y acaba en un tope contra el que acabas apoyándote. Estéticamente es perfecto, su funcionalidad es más discutible.
Pero una moto no es un asiento, lo cambias y listo, y la Slim va mucho más allá. Tiene un cierto aire a una Road King con muchos años a la que hubiesen desvalijado de todos sus accesorios de serie, por no tener no tiene ni óptica posterior, porque está incluida en los intermitentes. En España no se puede, pero de serie esta moto fue diseñada para llevar la matrícula a un lado y despejar aún más la parte trasera con su guardabarros recortado. De todos modos, si no vas a hacer varios centenares de kilómetros sin parar, como ha sido nuestro caso, no tienes que preocuparte mucho por tu físico.
La Slim es una moto tan ágil como radical. Roza antes que sus hermanas, y en las rotondas, curvas muy cerradas y cambios de dirección tienes que tenerlo presente, pero la verdad es que a los pocos minutos ya sabes qué es lo que tienes que hacer. Como además es una moto individual, tú te lo guisas, tú te lo comes. De las tres es quizás la moto más personal, la que necesita una mayor sintonía con su propietario, de manera que si es la tuya, probablemente ya lo sabes.
No es tan fácil
Hay muchos que piensan, y que dicen en voz alta, que todas las Harley-Davidson son iguales. Si las analizamos en términos puramente mecánicos algo de razón podrían tener, pero también es verdad que no hay más que mirarlas, sin ni siquiera subirse en ellas, para apreciar las diferencias. Te puedo asegurar que acaba habiendo más similitudes entre dos motos del mismo segmento de diferentes marcas que entre dos motos de la factoría de Milwaukee, porque pese a que la respuesta del motor sea similar, y pese a que la 'interface' con el usuario no cambie, la posición, las condiciones dinámicas, y todo lo que tiene relación con la moto desde elinstante en que apoyas la para de cabra, las hacen únicas también entre modelos. Después de haber realizado un buen recorrido alternando una de cada serie, quedan bien patentes las cualidades de cada una, desde la propia practicidad de las Touring, a los sentimientos de las Softail, pasando por el desenfado de las Dyna.
La verdad es que tienes para elegir, puedes estarte meses digiriendo toda la información sobre los detalles de cada modelo, y encima salpicada con las peculiaridades del mundo Harley-Davidson, en el que todo tiene un nombre. En este trío te vas a encontrar con escapes 'Tommy Gun', chasis estilo 'Hard tail' o manillares 'Bobber'. Es como en el mar, todo tiene su nombre particular. No llames cuerda a un cabo, y tampoco se te ocurra hablar de centímetros cúbicos en una Harley-Davidson. Es un mundo paralelo, si entras, ya no sales.
Conclusión
Hay veces que en una prueba comparativa hay vencedores y vencidos, hay otras en las que le tienes que dejarte llevar por el carácter de cada una para tomar la decisión correcta. En el caso de las Harley-Davidson, en primera instancia lo que más cuentan son los sentimientos. Puede que no seas un usuario normal, pero si lo eres, no vas a querer una moto para darte una panzada de kilómetros cada vez que la uses. Más bien lo tuyo será un paseo en compañía de amigos, y por eso cualquiera de las tres familias va a hacer este servicio a la perfección. Aun así, si has decidido compartir más tiempo con tu moto, no lo dudes, rompe el cerdito y busca entre las Touring, te harán la vida más fácil y más cómoda. Si, en cambio, has llegado a la conclusión de que eres un radical, que te gustan los extremos, e incluso que tu moto no tiene más remedio que ser única, a lo mejor en las Softail tengas tu alma gemela.Las Dyna son quizás, aunque hay que analizar modelo por modelo, las grandes Harley-Davidson más variadas, las menos especializadas, en su variedad las más cercanas a esas Sporster que han dejado atrás. Nosotros sólo hemos probado tres de 16, pero aun así, en esta muestra tan escasa, cada una de ellas nos ha enseñado qué es lo que ofrece su estirpe, nos han llevado y nos han traído sin problemas, las hemos ensuciado y las hemos limpiado, pero siempre, con polvo o brillantes, en cada lugar por el que han pasado han dejado claro que eran, el corazón del mundo custom, lo sabes tú, y también el resto del mundo.
Facilitado por: Iñaki