Llegar a Ugaldebieta y ver la que habíais liado – si, vosotros, que no Carlos Bugsy - que publicará su propia crónica - ni yo - no tiene nombre.
Tal es así que me
he sentido abrumada por vuestra respuesta. Confieso sin ningún tipo de pudor ni
de vergüenza, que he hecho la ruta a Colindres llorando…
Os contaré una
historia verídica. La mía. Algunos, los menos, ya la conocéis, y considero que
ahora es la ocasión idónea para que el resto también la conozcáis.
Hace cuatro días,
cuando yo llegué a este mundo motero, no me conocía ni Dios. Imaginad la
escena: mujer, madura, sola, y encima sin moto. ¡Toma ya!
Como todo inicio
fue duro. Muy duro.
Invertía más
tiempo en llegar y aparcar - el coche, claro, porque moto ni tenía - que en
participar en los eventos en sí.
Podía leer en las
miradas: Y esta ¿quién es? ¿que querrá? ¿que vendrá a hacer aquí? ¿que o a
quien estará "buscando"?
Poco a poco, muy
poco a poco, y siempre con la ayuda de personas a las que no olvido y a las que
estoy y estaré agradecidísima, fui ampliando mis contactos, tanto en Facebook
como fuera de él. Y, recordando uno de los valores inculcados en mi infancia -
el espíritu de lucha - y añadiendo a este todo mi empeño, ilusión y pasión,
tanto personal como motera - creo haber mostrado ya a lo que venia...
¡Y hemos llegado a
la bendita locura en la que se ha convertido esto! Que casi tardo más en
saludar, besar y abrazaros a todos, compañeros, amigos y conocidos, de lo que
duran las rutas!
Agradecimientos
especiales:
Por supuestísimo a
todos y cada uno de los muchos participantes por ser como sois conmigo.
A Carlos Bugsy,
por seguirme, co-organizar y formar parte de esta locura surgida de un ¿“hay
huevos”? A Begoña Ibargüengoitia, su esposa, por aguantarnos.
A Lia Coto y a
Miguel Angel Beltrán por estar al tanto absolutamente de todo, informarnos de
los problemas surgidos - y que desconocíamos - debidos única y exclusivamente a
la ineficacia y falta de palabra de cierta funcionaria del Excelentísimo
Ayuntamiento de Castro Urdiales, e implicarse de tal manera que gracias al buen
hacer y contactos de ambos, se han podido solventar de modo totalmente
satisfactorio. Y no conformes con ello, nos han puesto personalmente en
contacto con un concejal del Ayuntamiento.
Así como
preocuparse, organizar y encargarse de los cortes en los cruces de Castro
Urdiales.
A los que tan
amable como diligentemente habéis hecho dichos cortes.
A los que viendo
que la situación nos desbordaba, habéis tomado las riendas y en un momento la
habéis reconducido.
A los que siempre
estáis ahí, enseñándome, apoyándome, animándome a mejorar, haciéndome llorar de
risa, diciendo barbaridades…
¡Gracias, una vez
más y siempre, a todos vosotros!
Texto: Begoña Bego Bilbao
Prast
No hay ningún problema en que cojáis las
fotos que os gusten, siempre que las utilicéis para fines no comerciales. Solo
pedimos que no las manipuléis.