20 junio, 2014

Siete kilómetros de fantasía americana LAS VEGAS.

Neones en Las Vegas. / Eric Figge
Imposible imaginar un viaje a la América más auténtica sin una visita a Las Vegas. Merece la pena, aunque sólo sea por ver la cultura auténticamente americana en su lado más kitsch. Las rutas por carretera con la ciudad de los casinos como destino final son un clásico, independientemente de dónde comiencen. Una vez en la capital del juego, se pueden recorrer los siete kilómetros de The Strip, su famosa avenida flanqueada por luces de neón que constituye uno de los trayectos más legendarios del país. Para rematarlo, se aconseja alquilar un descapotable, disfrazarse de Elvis y conducir despacio por la noche, cuando hay más ambiente. Es la ciudad del pecado, con hoteles de lujo imposibles y máquinas tragaperras que echan humo. Además, la ciudad de Reno se halla a solo 700 kilómetros en caso de que el viajero desee divorciarse tan rápidamente como se casó en Las Vegas.
Esta ciudad es un lugar ideal para que el viajero escoja una estancia a su medida, pero tanto si quiere alojarse en la falsa Venecia o dentro de una gran pirámide egipcia, deberá reservar con antelación.
Fuente: El Pais