25 junio, 2014

Crónica escapada a Mozoncillo (20-21-22 de junio de 2014)

Ésta es mi primera crónica así que sed indulgentes porque no tengo ni idea. Partimos de la premisa de que es el primer viaje largo que hago en moto y de que no me fijo mucho en lo que se supone que a un motero al uso le puede interesar. Suficiente tengo con ir pendiente de no moverme mucho en la moto (el señor MedioMakina me abronca), no golpear con el casco a mi piloto (ya ni me abronca porque lo deja por imposible), no ir rígida, no dormirme,... en resumen, de no molestar.

Para empezar hubo cuatro puntos de partida: unos desde Bilbao por la mañana, otros por la tarde, Julián y Ludi con quienes quedamos en Pedraza e Iban y yo que fuimos desde Maliaño (Cantabria).

 Salimos a las 10:30, bien pertrechados y con la mirada puesta en el cielo para que aquel día de bochorno, con gran humedad, no nos cayera encima. Nos acompañó el buen tiempo. Pensé que pasaría calor con la sudadera, la cazadora, el casco, el buff, los guantes, etc. pero no. Ni me mareé ni nada gracias a la perfecta conducción de MedioMakina :) .

Paramos a repostar y estirar las piernas en un área de servicio, cerquita de Orbaneja del Castillo, por el Valle del Ebro, lugar al que MedioMakina ha prometido llevarme en otra ocasión. De momento el viaje iba bien, al menos para mí; Iban igual estaba jurando en hebreo pero no me dijo nada. No me dolía nada, no pasé miedo ni siquiera en el puerto del Escudo del que guardaba horribles recuerdos e incluso ¡pude disfrutar del paisaje!

De ahí, por la general, hasta Burgos, y ya después de Lerma, otra parada pero más larga… Cambiamos impresiones con otro motero que volvía a su casa en Hamburgo.

Más adelante el paisaje iba a pasar a ser llano y amarillo y MedioMakina se emocionaba en algunas rectas. Volvimos a parar porque intentábamos coincidir con el grupo que había salido por la mañana de Bilbao y, diez llamadas de Jon Koldo después, nos enteramos de que Bego se había mareado y se iban a retrasar.

Iban y yo llegamos sobre las 15:00 (mi madre pudo descansar) y fuimos a Casa Paco a esperar a que el resto llegara a eso de las 16:00 cuando, al fin, comimos estupendamente gracias a Juancar y su gente que nos trató como a reyes, ¡qué rica la tarta de queso! Una vez descansados, pasamos la tarde por allí recuperando líquidos. Y así nos sorprendieron Cristina y Luis que se acercaron desde Madrid (¡¡Gracias!!). Llegaron los que habían salido por la tarde y Davizón y se unieron hasta a la cena consistente en platos combinados buenísimos.

No muy tarde acudimos a nuestros aposentos unos al hotel, otros a la casa rural; unos en una cama, otros en el suelo.

Mención especial merece la noche de Asier que tuvo que tirar a la basura su tienda de campaña y su saco debido a una “indigestión”.

Al día siguiente, fuimos a desayunar a Casa Paco que nos esperaba con cafés, colacaos, zumos, bizcochos, pastas y tostadas de pan frito con azúcar para coger fuerzas e ir a Pedraza.
Por el camino pudimos disfrutar de un bonito paisaje castellano con muchos caballos que MedioMakina asustaba para ver correr, mucha vaca y mucho bache que hacía que cada poco molestase para recolocarme. Mucho calor y mucha gente pintando por sus calles. Un pueblecito de piedra muy bonito, con calles empinadas, un castillo del siglo XIII y una plaza de anuncio (el de la lotería).
No podíamos estar mucho tiempo allí porque Juancar nos esperaba con una paella y antes debíamos pasar a ver a Eugenio y demás compañeros moteros, que en Puebla de Pedraza celebraban una fiesta privada.

Al poco de llegar pudimos disfrutar de unos platos inmensos de paella, algunos más de uno, y luego siesta, que el calor invitaba a ello. Quedamos a las 19:00 para volver al punto de encuentro para hacer unos juegos moteros que se vieron truncados por la autoridad local. Las carreras de lentos se quedó a medias… Aún así pudimos disfrutar de globos por parejas, juego de las sillas al que se apuntaron los niños que estaban por allí.

Después, guiados por Bea, fuimos a dar una vuelta hasta la ermita de Rodelga donde nos hicimos unas fotos y comentamos la figura del pastor de Mozoncillo, que según MedioMakina es un artista de la moda. Al volver a Casa Paco hicimos tiempo hasta la cena donde nos esperaban unos platos combinados a la carta, para más tarde disfrutar de un concierto de versiones a cargo de los Lokomotores que nos hicieron pasar una noche muy agradable. Creo que Ra estaba en su salsa.

A las 2:00 terminó el concierto y todos estábamos ya descansando.

El domingo, muy pendientes del tiempo que amenazaba con tormentas, salimos pronto para que no nos pillasen lluvias. A las 10:00 salimos de Mozoncillo ya desayunados con rumbo al norte. Íbamos a una parada (esto tenía que decirlo que me hace mucha gracia jajajajaja) pero al final fueron tres. Poco antes de nuestra parada Alejandro, pendiente de todos, paró para saber si los que iban a ir por la autopista la habían cogido; reanudamos y paramos a repostar y al lado volvimos a parar para tomar un refrigerio.

Ya de ahí hasta el final, Iban y yo hasta Gordexola, yo con un dolor de estar sentada y no saber cómo ponerme. El resto fue a la Santa Sede a comer unos pollos que seguro que les sentaron genial.

Quiero, desde aquí, dar las gracias a todos los Makinas que me trataron como a uno más y son pacientes conmigo, en especial a mi piloto Iban que es el que me sufre más. También muchas gracias a Juancar y familia del Bar Casa Paco que nos trató estupendamente.

Texto: Almudena.