El domingo empezaba con muchas nubes y temperatura agradable
así que unos fuimos en manga corta, otros con la chaqueta de verano, sudaderas
de algodón… y un valiente hubo que fue en pantalón corto.
Alejandro nuestro guia para esta salida lo tenía
claro dirigiríamos hacía:Arrásate
,Pantano
de Landa,Agurain,Puerto de Opakua ,Iturrieta
y Maeztu,Zeanuri
y Bilbao.
Pero las nubes no levantaban, el sol no se veía por ninguna parte y la temperatura bajaba tan rápido como nosotros corríamos en el alto de Opakua en Alava. Todos teníamos frio en alguna parte del cuerpo o en todas.
Así llegamos hasta Landa donde comemos y bebemos caliente. Antes de regresar por Barazar paramos a repostar gasolina y a tomar algo tranquilos. Este es el momento se para rebuscar en las alforjas y ponernos algo más de ropa. Guantes, pantalones de agua txubasqueros y hasta unos calcetines kustomizados para no pasar frio en las manos.
No había nada de circulación y bajamos rápido pero hacia la mitad del puerto nos encontramos un monovolumen que arrastraba una caravana que tenía sus añitos.
Creíamos que todo estaba perdido y bajaríamos detrás pero la amabilidad del conductor le llevo a detenerse cuando pudo. Fue ver esto y empezar a oir como todas las motos hacían "crack", "crack" al cambio de marcha para disfrutar lo que quedaba de puerto. La penúltima la tomamos en Zeanuri donde el sol había salido y nos acompañó de regreso a casa.
Pero las nubes no levantaban, el sol no se veía por ninguna parte y la temperatura bajaba tan rápido como nosotros corríamos en el alto de Opakua en Alava. Todos teníamos frio en alguna parte del cuerpo o en todas.
Así llegamos hasta Landa donde comemos y bebemos caliente. Antes de regresar por Barazar paramos a repostar gasolina y a tomar algo tranquilos. Este es el momento se para rebuscar en las alforjas y ponernos algo más de ropa. Guantes, pantalones de agua txubasqueros y hasta unos calcetines kustomizados para no pasar frio en las manos.
No había nada de circulación y bajamos rápido pero hacia la mitad del puerto nos encontramos un monovolumen que arrastraba una caravana que tenía sus añitos.
Creíamos que todo estaba perdido y bajaríamos detrás pero la amabilidad del conductor le llevo a detenerse cuando pudo. Fue ver esto y empezar a oir como todas las motos hacían "crack", "crack" al cambio de marcha para disfrutar lo que quedaba de puerto. La penúltima la tomamos en Zeanuri donde el sol había salido y nos acompañó de regreso a casa.