CONQUISTANDO EL ASFALTO MOJADO.

Llueve mientras nos ponemos el casco y nos subimos a nuestras fieles compañeras de dos ruedas. La lluvia ligera caía sin cesar, creando charcos en la carretera. A pesar de ello, las ganas de rodar no disminuyen, sino que crecen con cada minuto que pasa. Todos sabemos que una ruta bajo la lluvia es un desafío, pero estamos dispuestos a enfrentarlo juntos. Ajustamos la velocidad y nos aseguraron de mantener una distancia segura entre nosotros para evitar accidentes. La carretera serpenteaba a través de paisajes espectaculares, rodeados de montañas verdes. A pesar de la lluvia, la belleza del entorno no dejaba de sorprenderles. Después de muchas curvas desafiantes, decidimos hacer una parada en Arratzu. Aparcamos las motos y nos quitamos los cascos, revelando sonrisas emocionadas y ojos brillantes. La adrenalina que fluía por sus venas era contagiosa. Luego continuamos hasta Amorebieta donde tomamos la penúltima y regresamos.