
Con un sonido sincronizado de motores, el grupo guiado por Aitor partimos: Miraballes, Llodio, Alto de Markuartu, Okondo, Menagarai, Retes de Llanteno.

La carretera se extendía ante nosotros, una cinta negra que se perdía en el infinito. Sentimos el viento en el rostro mientras rodamos por el asfalto es una sensación embriagadora, como si estuviéramos flotando en el cielo, libres de preocupaciones y ataduras: Las Fuentes, Pto de Peña Angulo en Artziniega paramos a tomar el café.

El calor del verano no era palpable, pero las sonrisas y buen humor de todos eran aún más brillantes.

Continuamos la ruta: Gordexola, Alto de San Cosme, Gueñes, Alto de Humaran, Sopuerta, Pto de Las Muñecas, Otañes, Santullan. En la Playa de La Arena paramos para tomar la penúltima, después de kilómetros de carretera, paisajes, risas.