Esta jornada de sábado hacemos un
sentido homenaje en tributo a la determinación y pasión sobre dos ruedas.
En el
corazón de esta celebración se encontraba una figura que trascendió el asfalto
y es un símbolo de coraje: la copiloto mujer motera cuya impronta deja una
marca indeleble en el mundo del motociclismo.
El homenaje comienza con una rodada
en su honor, donde motociclistas de todos los rincones se unieron en una ruta preparada
por Aitor para celebrar su pasión. El sonido de los motores acompaña el
murmullo de las historias que estas mujeres guerreras forjan en cada curva,
cada carretera y cada desafío que enfrentó junto a su acompañante de ruta. Su
espíritu intrépido desafía límites, inspirando a generaciones enteras a romper
barreras y perseguir sus sueños sin temor.
Las palabras de agradecimiento y
admiración resuenan en el aire, recordando la fuerza interior que las convierte
en un ícono en las carreteras, una inspiración para todos. Entregamos un regalo
a todas las asistentes.
El homenaje concluyó con una
alubiada con sacramentos preparada por nuestro cocinero Raúl.
El rugido de los motores se convirtió en un canto de despedida y
agradecimiento, quedando con nosotros el recuerdo imborrable de la copiloto
mujer motera