EL INICIO DE UN NUEVO CAPÍTULO: ROBERTO Y TERE SE CASAN

Para festejar este gran día quedamos a las 10:30 h en la sede, desde donde salimos hacia la casa de los novios. Recorremos las calles, rumbo hacia un acontecimiento que marcaría el destino de dos corazones enamorados. Roberto y Tere, los protagonistas de esta historia, han esperado este día con ansias. Con la experiencia propia de quienes han recorrido juntos innumerables caminos.

los maKinas les escoltamos en moto hasta el ayuntamiento de Barakaldo, el escenario elegido para dar el sí a su pasión.

Es un trayecto breve pero lleno de significado, un preludio emocionante a lo que estaba por venir.

Roberto y Tere emergieron de entre sus amigos, radiantes y llenos de ilusión, vestidos con elegancia y distinción. Él lucía fresco, mientras que ella deslumbraba con su belleza natural, envuelta en un vestido que parecía haber sido diseñado por los mismos ángeles.Al entrar al ayuntamiento, el bullicio de los asistentes se desvanecerse, dejando paso al silencio expectante que precede a los momentos trascendentales.

Con el paso firme y decidido, los recién casados abandonaron el ayuntamiento, seguidos por el cortejo de amigos que les acompañaba en esta travesía por su nueva vida juntos. Y mientras el sol alcanzaba su punto más alto en el cielo, decidieron celebrar este momento único con un picoteo en un bar cercano, un instante de intimidad compartida entre risas, brindis y música en directo.

Pero la jornada aún guardaba sorpresas y momentos inolvidables. La sede elegida para el banquete nupcial aguardaba con sus puertas abiertas, listas para acoger a los invitados en una fiesta que prometía extenderse hasta altas horas de la noche. El reloj marcaba las 14:30 cuando todos se reunieron alrededor de la mesa, dispuestos a brindar por el amor, la amistad y la felicidad compartida.

En resumen, la boda de Roberto y Tere fue mucho más que un evento social, fue un canto a la vida, al amor y a la eternidad. En cada detalle, en cada mirada cómplice, se reflejaba la fuerza de un vínculo que trascendía las palabras y se inscribía en el corazón de todos los presentes. Y mientras el sol se ocultaba en el horizonte, dejando paso a la noche estrellada, quedaba claro que esta historia de amor estaba apenas comenzando, destinada a perdurar para siempre en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de presenciarla.