Este día teníamos previsto hacer un poco de turismo, pero
tuvimos la gran suerte de ir a Segovia coincidiendo con las inundaciones más
importantes de los últimos 50 años!!! Llovió lo que no está escrito, y apenas
pudimos disfrutar de la carretera, y de Pedraza. Eso sí, mediomakina estaba
alucinado de cómo estaban todos los ríos desbordados. En su vida había visto
tanta agua por estas tierras segovianas. De Pedraza fuimos a Navafría, a
visitar un martinete, de los únicos que quedan en España, pero que estaba
cerrado puesto que la edificación sufrió daños hace un par de años y no hay
“money” para su restauración. Una pena.
Sin más dilación, nos dirigimos a Mozoncillo, donde Jon y
Jonkoldo se metieron unos huevos estrellados con pimentón impresionantes.
Mediomakina miraba resignado comiéndose un bocata de pantomaka y una mahou!
Indispensable!
Resulta que en Semana Santa, los amigos de Medio se juntan
en el pueblo para hacer de las suyas, y son conocidos como la peña del
botellín…. Medio dice que solo mira, que él lleva el bote y que tiene que estar
sereno y cuerdo… vengaaaaaaaaa, mentiroso!
De vuelta al hotel, y después de relajarnos un rato,
mediomakina fue a tomar la penúltima con sus amigos, y debió de ser verdad, pq
a las 9 estaba de vuelta para cenar con la expedición “carburadas” y preparar
el viaje de vuelta a Bilbao…
Día 7 Mozoncillo-Bilbao
La lluvia de nuevo amenazaba nuestro viaje, pero nos respetó
prácticamente todo el viaje. Eso si, hacía un poco de rasca, pero nada
importante, por lo que sin percances llegamos a nuestros destinos sanos y
salvos. El colofón del viaje fue Peña Angulo, donde Jon se lo pasó de lo lindo,
y eso que la carretera estaba mojada.
Hemos notado mucha diferencia respecto al año pasado por
Galicia, en lo que a sustos en la carretera se refiere. No se nos han saltado
ningún stop, ni ceda, ni se nos han metido entre medio de los tres. Salvo un
camionero del infierno, nada que reseñar, un viaje tranquilo a pesar de la
lluvia… Un buen viaje, nuevos recuerdos, nuevos sitios visitados, y muchas
curvas que repetir, eso si, en seco por favor. Albarracín, un pueblo al que volver,
sin lugar a dudas, y Daroca, un sitio que nos quedó en el tintero por conocer.
Podríamos definir este viaje de muchas maneras, pero no se
nos ocurre otra mejor que: “la ruta de las gasolineras” o “la ruta del agua”.
Jon ha vuelto a demostrar que se orienta mejor que una brújula, que Jonkoldo
tiene una energía que para si la quisiera más de un chaval de 20 años. Ahí se
fue con su sporty transformada sin pantalla… Y que decir de mediomakina, el que
piensa que está tumbando rozando casi con la rodilla y va más tieso que un
poste telefónico.
Y para acabar la crónica, en primera persona: gracias por
compartir este viaje de nuevo conmigo, de aguantar mis noches “guaseando” y de
esperarme en todas las gasolineras poniéndome los guantes… Un abrazo muy
fuerte, de….
Mediomakina.
Post: Ibam.