Con una mezcla de ilusión, nervios y curiosidad por lo que me espera salgo de Bilbo dirección Burgos.
En la salida el tiempo no acompaña mucho y hasta llegar a Miranda de
Ebro no me puedo quitar el traje de agua, lo que no me desanima porque
se que Lorenzo me estaría esperando unos kilómetros más adelante, como
así fue.
En Palencia me encuentro las primeras motos, que resultaron ser dos
holandesas con las que más tarde sin saberlo haría una buena amistad.
Sobre las 6 de la tarde llego a Tordesillas donde tenía previsto
alojarme en el camping astral que cuenta con una estupenda piscina para
relajarse e ir cogiendo color después de la primera etapa.
Después de una cena frugal al saco...
Post: Asier maKina