09 septiembre, 2014

Primera y segunda etapa. Sede Makinas-Sallen de Gallego.

Primera etapa, 17 de Agosto de 2014, Sede Makinas-Bielsa. Salieron con puntualidad de la sede rumbo a Pamplona, allí esperaba el director de la ruta, Alejandro, (una boda el día anterior, había propiciado el encuentro con el grupo en la estación de servicio de Noain).
Allí estaba esperando, puntual como siempre, se permitieron un pequeño refrigerio y ya todos juntos partieron hacia la Hoz de Arbaiun, precioso paraje que no era más que el aperitivo de lo que les esperaba a lo largo del recorrido. Una parada para repostar antes de llegar a Torla, lugar donde se dirigieron a comer. Tras una leve espera, una mesa redonda donde los ocho viajeros no sin poca hambre se dispusieron a comer, al parecer bien. Entre la comida y la cena, les esperaba una ruta a través del abrupto cañón de Añisclo, con carretera estrecha y por momentos resbaladiza, tratando de esquivar numerosos baches, llegaron a un mirador, donde pudieron contemplar entre paredes interminables de roca, los últimos rayos de luz de la jornada.
Continuaron su ruta hacia la Villa de Ainsa, sus viejas calles, declaradas Conjunto Histórico- Artístico en 1965, disfrutaron de la belleza de un entorno con claro sabor medieval. Su castillo (S. XI - XVII), la muralla y sus puertas, la iglesia de Santa Maria (S. XII), declarada Monumento Nacional, o las fachadas de casa Arnal (siglo XVI) y casa Bielsa ( siglo XVI-XVII), son un resumen pétreo ). Tomaron un descanso en su plaza mayor, rodeados de un ambiente provinciano y veraniego, antes de partir hacia Bielsa.
Al llegar a Bielsa, ya bien anochecido, se apresuraron a dejar sus enseres en el hotel, y disponerse a buscar algo para cenar, era Domingo y tarde. Alrededor de una mesa, bajo una pequeña carpa, unos bocatas y una cerveza fue unánime. Risas y cachondeo llenaba cada instante entre bocado y bocado, la constante en todo el viaje. Despacio, y no sin ganas de llegar al hotel junto al río, una cascada de agua replicó durante toda la noche con un murmullo continuo que no evito que pudieran coger el sueño. Una habitación sencilla pero suficiente, con camas muy próximas, no demasiado sitio para dejar los enseres de tres de los ocho moteros que allí se disponían a descansar. Un intenso e interesante día concluía. 

 Segunda etapa, 18 de Agosto de 2014, Bielsa-Sallen de Gallego 
El grupo, ya levantado se disponía a desayunar, algo sencillo, café, unas galletas, tostadas, ... eso pensaban, hasta que llegó el camarero y empezó a ofrecer, chistorra, chorizo y huevos fritos con bacon, como es natural cada uno se dio el capricho correspondiente.
Ya en fila, al pie de la carretera aguardaban para partir, el perfil de la etapa, dura, muy dura, menos mal que iban en moto, pues cuatro o cinco puertos de la categoría del Turmalet, esperaban a este puñado de Makinas a que alcanzarán sus cumbres. A pocos kilómetros de comenzar la ruta, repostaron en el área de servicio de Parzan, llenaron los depósitos y visitaron el súper, pues unos bocadillos y algo para beber era el menú de ese día. A pocos kilómetros, un semáforo les detiene a la entrada de un largo túnel que casi les llevaría al otro lado de la muga, con algo más de tres kilómetro de longitud.
Aragnouet, fue la siguiente parada, un valle con una bella estampa, sentados en el quitamiedos de madera al pie de la carretera posaban los ocho ruteros, si contamos al que realizaba la instantánea, Iñaki tenía la en ocasiones ingrata tarea de realizar el reportaje fotográfico, juntó a Wlilly, un par de cámaras Go-Pro instaladas en las motos completaban las herramientas para tal fin. Continuaron viaje hacia Arreau, donde una leve parada para tomar un refresco, descansar un poco para acometer la subida al primero de los seis puertos del día, Col d'Aspin 1490 mts. Ya en el descenso, como era l a t ó n i c a g e n e r a l , l a n i e b l a l e s v i s i t a b a intermitentemente según iban tomando altura o descendían a profundos valles, en ocasiones, de tal intensidad, que apenas podían ver, las pantallas totalmente empañadas por las diminutas gotas de agua que se acumulaba sin cesar.
Ya caminó a Sainte Marie de Campan, bonita carretera con buen asfalto y esas curvas que gustan a todo el mundo, esas que te hacen disfrutar de lo lindo, de las que cuando te bajas de la moto dices "joder que bien"... Seguido a por la etapa reina, el Tourmalet, mítica cumbre donde les iba a costar menos ascenderla que a los sufridos ciclistas que se encontraron a lo largo de sus 18 kilómetros.
En la ascensión, en medio de un túnel de montaña, con un lateral al descubierto, normalmente es una protección ante desprendimientos de rocas, allí en medio, media docena de caballos allí plantados, ni se inmutan, al fin y al cabo, los intrusos no eran ellos, y cuando les vino en gana se apartaron como si nada, continuaron con la ruta del largo puerto. Con curvas mixtas y pendiente regular excepto algún pequeño tramo en la que se hace notar y hace honor al renombre que tiene a gala cuando alcanzas sus 2115 mts a Pic du Midi. Inevitablemente, y con satisfacción de estar en uno de los santuarios del ciclismo, Pirineos 17-21 de Agosto de 2014 inmortalizaron su presencia con una instantánea, al pie del monumento realizado en honor a todos los que alcanzaron su cima. En dirección a Luz-St Sauveaur, se encontrarían con típicos paisajes de montaña, con esas características casas de montaña al pie de las largas laderas. La arquitectura rústica y de presumida fortaleza, se va fundiendo poco a poco con otra menos exigente y de clara influencia vasco-francesa. Agrícola y ganadera se adivina las labores cotidianas de los habitantes de verdes y húmedos valles. De camino a Lourdes tenían previsto subir otra gran cumbre y no menos importante, el Col de Hautacam, pero lo avanzado de la mañana hizo posponer para la tarde su conquista. Decidieron pues, llegar a la ciudad de los milagros para que repostaran en esta ocasión sus vacíos estómagos, que dada la avanzada hora, tenían más que merecido un poco de atención. Al pie de la catedral, y en un ambiente evidentemente religioso, se apostaron con sus barras de pan y un embutido al que le faltaba unos meses de curación, pero esta claro, que en aquel santo lugar nada les podía sentar mal, hasta un humilde melón les supo a gloria. Ni café tomaron, tenían que abreviar, o sino, la noche les sorprendería en medio de algunas curvas que no son recomendables hacerlas con poca luz e intensa niebla.
Partieron entonces hacia una nueva cota, para hacer justicia, el Col de Hautacam nada tiene que envidiar a ningún otro, preciosa subida, lástima que la niebla, esa que les acompaño durante todo el viaje, no permitiera contemplarlo en todo su esplendor. Durante la ascensión, la bruma iba y venía por momentos, dejándonos adivinar la profundidad del valle, y el recorte en el horizonte de tantas cumbres que les rodeaban. Llegando, como sí entrarán en otro planeta, se alzaba la cumbre de Hautacam, la niebla quedaba a sus pies, como un mar de nubes, como una sólida alfombra que cubría una inmensidad. De belleza didicil de narrar, con el sol de media tarde calentando sus cuerpos, y sin saber donde detener sus miradas. Conversaban entre ellos, admirados por el paisaje, con la satisfacción de haber llegado allí juntos, y compartí ese instante. A veces en la mente de esos orgullosos morteros, están presentes seres queridos, con los que también les gustaría compartir ese sentimiento de satisfacción al contemplar lugares bellos, y aunque alguno se hace el duro, se le adivina una leve sonrisa de complicidad con quien ocupa su corazón. El Col D'Soulor, sería la cuarta cota a la que ascendería este grupo de Makinas, sus 1474 metros hacen que en su ascensión se encuentren también densos bancos de niebla. Una breve parara en su cima y continuaron camino.
Se dirigen a Gurette, todavía con las imágenes de paisajes grabadas en sus retinas, empiezan la subida a otro de los retos del día, el Col d'Aubisque 1709 mts. La misma dinámica que en puertos anteriores, subir, subir sin descanso, con carreteras en ocasiones mojadas por recientes chaparrones, o intensa niebla, cuando no, un rebaño de ovejas o vacas apostadas en medio de la calzada, hacían disfrutar aún más de un sorprendente viaje. Ya en la cima, les sorprendió una veloz niebla que casi impide inmortalizar un gracioso momento, Robert, quien si no, subido a una gigante bicicleta que hacían de él un ser de talla enana. Descendieron dirección a Formigal, justo en la frontera hispano-francesa, les esperaba el Col de Pourtalet, en este último trayecto, les sorprendió la esperada lluvia, tras un buen día, a última hora de la tarde y durante toda la subida, les iba calando tan preciado e indispensable elemento, pero en esta ocasión, inoportuno. Dada la proximidad del fin de la ruta del día, nadie sospechaba que se iba a calar de aquella manera, quizás acostumbrados a llegar a casa y poder cambiarse de de ropa sin problema, el caso es que en una noche no da tiempo a secarse como es debido. Ya en Formigal se detuvieron a repostar, calados sin remedio, llegaron a Sallen de Gallego. Como el día anterior, con la tarde bien avanzada se dispusieron a disfrutar de la merecida recompensa del día, una buena ducha y una buena cena. Pirineos 17-21 de Agosto de 2014 El bar del hotel, punto de reunión antes de ir a cenar, una cerveza y tertulia obligada, los cientos de curvas subidas y bajadas, espectaculares imágenes que se agolpan sus mentes, son motivó de constantes comentarios. No tardaron mucho en encontrar quien les diera de cenar, "mesa para ocho por favor"... En los tiempos que corren y tratándose de un lunes, no es para rechazar una clientela tan exclusiva. Una carta de platos combinados sándwich y hamburguesas, les pareció como ir al Bullí un día de fiesta. Algo sencillo y apetitoso, buena conversación un buen café, y como ingrediente principal, una buena ración de compañerismo y fraternidad, que bien se está, cuando estas entré amigos. A dormir,...pero antes, les dio tiempo a echar una partidista de dardos en un local que llenaron ocho Makinas con los chalecos empapados, alguno es de Bilbao, y se nota.

Continuara...

 Texto: Alonso
 Fotos: Willy  y Artetxe .