Primera etapa, 17 de Agosto de 2014, Sede Makinas-Bielsa.
Salieron con puntualidad de la sede rumbo a Pamplona, allí esperaba el director de la ruta, Alejandro,
(una boda el día anterior, había propiciado el encuentro con el grupo en la estación de servicio de
Noain).
Allí estaba esperando, puntual como siempre, se
permitieron un pequeño refrigerio y ya todos juntos
partieron hacia la Hoz de Arbaiun, precioso paraje que no
era más que el aperitivo de lo que les esperaba a lo largo
del recorrido.
Una parada para repostar antes de llegar a Torla, lugar
donde se dirigieron a comer. Tras una leve espera, una
mesa redonda donde los ocho viajeros no sin poca hambre
se dispusieron a comer, al parecer bien.
Entre la comida y la cena, les esperaba una ruta a través
del abrupto cañón de Añisclo, con carretera estrecha y por
momentos resbaladiza, tratando de esquivar numerosos
baches, llegaron a un mirador, donde pudieron contemplar
entre paredes interminables de roca, los últimos rayos de
luz de la jornada.
Continuaron su ruta hacia la Villa de Ainsa, sus viejas
calles, declaradas Conjunto Histórico- Artístico en 1965,
disfrutaron de la belleza de un entorno con claro sabor
medieval.
Su castillo (S. XI - XVII), la muralla y sus puertas, la iglesia
de Santa Maria (S. XII), declarada Monumento Nacional, o
las fachadas de casa Arnal (siglo XVI) y casa Bielsa ( siglo
XVI-XVII), son un resumen pétreo ). Tomaron un descanso
en su plaza mayor, rodeados de un ambiente provinciano y
veraniego, antes de partir hacia Bielsa.
Al llegar a Bielsa, ya bien anochecido, se apresuraron a dejar sus
enseres en el hotel, y disponerse a buscar algo para cenar, era
Domingo y tarde.
Alrededor de una mesa, bajo una pequeña carpa, unos bocatas y
una cerveza fue unánime. Risas y cachondeo llenaba cada instante
entre bocado y bocado, la constante en todo el viaje.
Despacio, y no sin ganas de llegar al hotel junto al río, una cascada
de agua replicó durante toda la noche con un murmullo continuo
que no evito que pudieran coger el sueño.
Una habitación sencilla pero suficiente, con camas muy próximas,
no demasiado sitio para dejar los enseres de tres de los ocho
moteros que allí se disponían a descansar.
Un intenso e interesante día concluía.
Segunda etapa, 18 de Agosto de 2014, Bielsa-Sallen de Gallego
El grupo, ya levantado se disponía a desayunar, algo sencillo, café, unas galletas, tostadas, ... eso
pensaban, hasta que llegó el camarero y empezó a ofrecer, chistorra, chorizo y huevos fritos con bacon,
como es natural cada uno se dio el capricho correspondiente.
Ya en fila, al pie de la carretera aguardaban para partir,
el perfil de la etapa, dura, muy dura, menos mal que
iban en moto, pues cuatro o cinco puertos de la
categoría del Turmalet, esperaban a este puñado de
Makinas a que alcanzarán sus cumbres.
A pocos kilómetros de comenzar la ruta, repostaron en
el área de servicio de Parzan, llenaron los depósitos y
visitaron el súper, pues unos bocadillos y algo para
beber era el menú de ese día.
A pocos kilómetros, un semáforo les detiene a la entrada
de un largo túnel que casi les llevaría al otro lado de la
muga, con algo más de tres kilómetro de longitud.
Aragnouet, fue la siguiente parada, un valle con una
bella estampa, sentados en el quitamiedos de madera
al pie de la carretera posaban los ocho ruteros, si
contamos al que realizaba la instantánea, Iñaki tenía la
en ocasiones ingrata tarea de realizar el reportaje
fotográfico, juntó a Wlilly, un par de cámaras Go-Pro
instaladas en las motos completaban las herramientas
para tal fin.
Continuaron viaje hacia Arreau, donde una leve parada
para tomar un refresco, descansar un poco para
acometer la subida al primero de los seis puertos del
día, Col d'Aspin 1490 mts. Ya en el descenso, como era
l a t ó n i c a g e n e r a l , l a n i e b l a l e s v i s i t a b a
intermitentemente según iban tomando altura o
descendían a profundos valles, en ocasiones, de tal
intensidad, que apenas podían ver, las pantallas
totalmente empañadas por las diminutas gotas de agua
que se acumulaba sin cesar.
Ya caminó a Sainte Marie de Campan, bonita carretera
con buen asfalto y esas curvas que gustan a todo el
mundo, esas que te hacen disfrutar de lo lindo, de las
que cuando te bajas de la moto dices "joder que bien"...
Seguido a por la etapa reina, el Tourmalet, mítica
cumbre donde les iba a costar menos ascenderla que a
los sufridos ciclistas que se encontraron a lo largo de
sus 18 kilómetros.
En la ascensión, en medio de un túnel de montaña, con
un lateral al descubierto, normalmente es una
protección ante desprendimientos de rocas, allí en
medio, media docena de caballos allí plantados, ni se
inmutan, al fin y al cabo, los intrusos no eran ellos, y
cuando les vino en gana se apartaron como si nada,
continuaron con la ruta del largo puerto. Con curvas
mixtas y pendiente regular excepto algún pequeño
tramo en la que se hace notar y hace honor al
renombre que tiene a gala cuando alcanzas sus 2115
mts a Pic du Midi. Inevitablemente, y con satisfacción
de estar en uno de los santuarios del ciclismo,
Pirineos 17-21 de Agosto de 2014
inmortalizaron su presencia con una instantánea, al pie del monumento realizado en honor a todos los
que alcanzaron su cima.
En dirección a Luz-St Sauveaur, se encontrarían con típicos paisajes de montaña, con esas
características casas de montaña al pie de las largas laderas. La arquitectura rústica y de presumida
fortaleza, se va fundiendo poco a poco con otra menos exigente y de clara influencia vasco-francesa.
Agrícola y ganadera se adivina las labores cotidianas de los habitantes de verdes y húmedos valles.
De camino a Lourdes tenían previsto subir otra gran cumbre y no menos importante, el Col de
Hautacam, pero lo avanzado de la mañana hizo posponer para la tarde su conquista.
Decidieron pues, llegar a la ciudad de los milagros para que repostaran en esta ocasión sus vacíos
estómagos, que dada la avanzada hora, tenían más que merecido un poco de atención. Al pie de la
catedral, y en un ambiente evidentemente religioso, se apostaron con sus barras de pan y un embutido
al que le faltaba unos meses de curación, pero esta claro, que en aquel santo lugar nada les podía
sentar mal, hasta un humilde melón les supo a gloria. Ni café tomaron, tenían que abreviar, o sino, la
noche les sorprendería en medio de algunas curvas que no son recomendables hacerlas con poca luz e
intensa niebla.
Partieron entonces hacia una nueva cota, para hacer
justicia, el Col de Hautacam nada tiene que envidiar a
ningún otro, preciosa subida, lástima que la niebla, esa
que les acompaño durante todo el viaje, no permitiera
contemplarlo en todo su esplendor. Durante la
ascensión, la bruma iba y venía por momentos,
dejándonos adivinar la profundidad del valle, y el recorte
en el horizonte de tantas cumbres que les rodeaban.
Llegando, como sí entrarán en otro planeta, se alzaba la
cumbre de Hautacam, la niebla quedaba a sus pies,
como un mar de nubes, como una sólida alfombra que
cubría una inmensidad. De belleza didicil de narrar, con
el sol de media tarde calentando sus cuerpos, y sin
saber donde detener sus miradas. Conversaban entre
ellos, admirados por el paisaje, con la satisfacción de haber llegado allí juntos, y compartí ese instante.
A veces en la mente de esos orgullosos morteros, están presentes seres queridos, con los que también
les gustaría compartir ese sentimiento de satisfacción al contemplar lugares bellos, y aunque alguno se
hace el duro, se le adivina una leve sonrisa de complicidad con quien ocupa su corazón.
El Col D'Soulor, sería la cuarta cota a la que ascendería este grupo de Makinas, sus 1474 metros hacen
que en su ascensión se encuentren también densos bancos de niebla. Una breve parara en su cima y
continuaron camino.
Se dirigen a Gurette, todavía con las imágenes de
paisajes grabadas en sus retinas, empiezan la subida
a otro de los retos del día, el Col d'Aubisque 1709 mts.
La misma dinámica que en puertos anteriores, subir,
subir sin descanso, con carreteras en ocasiones
mojadas por recientes chaparrones, o intensa niebla,
cuando no, un rebaño de ovejas o vacas apostadas en
medio de la calzada, hacían disfrutar aún más de un
sorprendente viaje. Ya en la cima, les sorprendió una
veloz niebla que casi impide inmortalizar un gracioso
momento, Robert, quien si no, subido a una gigante
bicicleta que hacían de él un ser de talla enana.
Descendieron dirección a Formigal, justo en la frontera
hispano-francesa, les esperaba el Col de Pourtalet, en este último trayecto, les sorprendió la esperada
lluvia, tras un buen día, a última hora de la tarde y durante toda la subida, les iba calando tan preciado e
indispensable elemento, pero en esta ocasión, inoportuno. Dada la proximidad del fin de la ruta del día,
nadie sospechaba que se iba a calar de aquella manera, quizás acostumbrados a llegar a casa y poder
cambiarse de de ropa sin problema, el caso es que en una noche no da tiempo a secarse como es
debido. Ya en Formigal se detuvieron a repostar, calados sin remedio, llegaron a Sallen de Gallego.
Como el día anterior, con la tarde bien avanzada se dispusieron a disfrutar de la merecida recompensa
del día, una buena ducha y una buena cena.
Pirineos 17-21 de Agosto de 2014
El bar del hotel, punto de reunión antes de ir a cenar, una cerveza y tertulia obligada, los cientos de
curvas subidas y bajadas, espectaculares imágenes que se agolpan sus mentes, son motivó de
constantes comentarios.
No tardaron mucho en encontrar quien les diera de cenar, "mesa para ocho por favor"... En los tiempos
que corren y tratándose de un lunes, no es para rechazar una clientela tan exclusiva.
Una carta de platos combinados sándwich y hamburguesas, les pareció como ir al Bullí un día de fiesta.
Algo sencillo y apetitoso, buena conversación un buen café, y como ingrediente principal, una buena
ración de compañerismo y fraternidad, que bien se está, cuando estas entré amigos.
A dormir,...pero antes, les dio tiempo a echar una partidista de dardos en un local que llenaron ocho
Makinas con los chalecos empapados, alguno es de Bilbao, y se nota.
Continuara...
Texto: Alonso
Fotos: Willy y Artetxe .